jueves, 27 de septiembre de 2007


El caso de las platas de las empresas

Todo comenzó aquella tarde, cuando aquel hombre toco mi puerta...
-Buenas tardes señor ¿cómo ha estado? Saludó.
-Bien ¿y usted?-pregunte
-Bien, bueno, iré directo al grano.
-Bien, vera, mi primo y yo empezamos una empresa hace 2 años, todo iba muy bien hasta que, como a mediados del año pasado, de los fondos de la empresa, empezaron a salir grandes cantidades de dinero, con mi primo iniciamos una investigación, pero a pesar, de haber despedido a una gran parte del personal, la desaparición del dinero no ha cesado, y últimamente he estado sospechando de mi primo, porque han estado apareciendo una gran cantidad de artefactos muy caros en su casa, pero lo mas raro es que las cosas que aparecen tienen un valor mucho mayor de lo desaparecido. Deseo que por favor investigue este caso, porque la policía no ha podido ayudar, y creo que además esta siendo sobornada.
-Muy bien, pero 1º deme su nombre y el de su primo.
-Mi nombre es José Herrera y mi primo Carlos Herrera.
-¿ El nombre de su empresa?
-Constructora Herrera Ltda.
-Bien, hoy mismo comenzaré con la investigación.
Y así comenzó todo, aquella charla había quedado grabada en mi cabeza. Nunca, ni en Alemania, ni aquí en Chile había tenido un caso tan peligroso, pero soy Haven Hasenhoff, gran detective privado, y no renunciaré a este caso por mi honor...
Cuando salí de mi oficina, a iniciar la investigación, primero visite la oficina principal de la constructora; allí encontré 6 nombres, de los cuales solo 3 me interesaron: Juan carvajal, Manuel mellen y Miguel Carrasco; el guardia me comento que a esos 3 los habían despedido porque los habían descubierto con una gran cantidad de cocaína que había sido comprada con el dinero de la empresa.
Fui a buscar a estas personas, Carvajal había viajado a Bolivia y Carrasco estaba desaparecido hacia 3 días. Cuando hable con mellen, él me comento que el señor Herrera había colocado los paquetes de cocaína en su oficina, para inculparlo, pero cuando él había tratado de salir del problema, había sido inculpado y despedido. Después de esto decidí averiguar del paradero de Carrasco. Lo busqué por muchos lugares y al final di con él en la morgue; tenia múltiples heridas de bala, presumiblemente disparadas por una mágnum. Según el informe, había sido encontrado en un barrio muy conocido de narcotraficantes. Decidí viajar a Bolivia en busca de Carvajal. Tardé una semana en dar con él, y cuando le expliqué el motivo de mi visita me dijo:
-No jefe, no investigue eso, se va a meter en puros atados.
Luego me dijo que se iba a Colombia, y se le escapó “él me voy a ver el cultivo de amapolas”; en ese momento estuve 100% seguro que eres un caso de narcotráfico; porque las amapolas se usan para producir heroína. Viajé a Colombia, y busqué los cultivos de amapolas, pero al descubrir que yo buscaba algo, salieron 3 guerrilleros encapuchados, y me llevaron a su base apuntándome con un par de rifles, cuando llegamos, detrás de una capucha salió una voz y me dice”¿no le dije que no se metiera en esto jefe?” Reconocí la voz de Carvajal. Cuando estos tipos bajaron la guardia, golpee a uno y salí corriendo y me llego una bala en el brazo izquierdo, aun así logre escapar.
Viajé a Chile, tenia la certeza de que este caso era claramente de narcotráfico, pero no podía inculpara nadie; Carvajal estaba encapuchado, seguramente los registros indicaban, que el se encontraba en Bolivia aun, en cuanto a Carlos Herrera, tenia un expediente limpio, aun me faltaba una pieza, y estaba seguro que esa parte estaba oculta en la muerte de Miguel Carrasco.
Pensé en ellos durante 2 días, y de repente, recordé que el arma no había sido encontrada. Deduje que habían 3 lugares en los que podría estar: La casa de C. Herrera, la base de heroína y el barrio de narcos. Decidí comenzar con la casa de Herrera. Si encontraba el arma, y revisaba las huellas digitales, podría resolver el caso, en un compartimiento secreto del cajón, encontré lo que buscaba, allí estaba la mágnum, un minucioso estudio demostraba que las huellas digitales pertenecían a Carlos herrera, y que el ultimo uso des arma había sido hace tres semanas, el día en que desapareció miguel carrasco. Esto me permitió poner fin al caso, y encerrar a Carlos herrera y a Juan carvajal, bajo los cargos de narcotráfico y homicidio.

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